Fabricante: Krupp
Pais: Alemania
Año de producción: a partir de 1939
Calibre: 283 mm
El cañón iba emplazado en una plataforma que controlaba el retroceso y elevación del arma y en la que también iba una grua para facilitar a carga de munición. Todo ello se apoyaba sobre dos vagones de ferrocarril con seis ejes para aguantar el sobrepeso.
El desarrollo del K5E se inició en 1934 y en Febrero de 1940, antes de la invasión de Francia, había 8 unidades operativas. Al final de la guerra este número se había elevado a 25, aunque algunos ya habían sido destruidos por los Aliados.
Para transportarlo se utilizaba una locomotora diesel de 40 toneladas, el cañón viajaba en posición horizontal ( para evitar que se enganchara con algo ). Todas las series Krupp K5 consistian en un cañón de unos 21,5 metros.
El principal cañón del K5 es del calibre 283mm. La máxima elevación del cañón era 50º ( lo que le limitaba para realizar disparos a corta distancia). Solía llevar 113 cargas de munición ( cuando estaba plenamente abastecido), y todas las operaciones del arma ( elevación, carga, etc.) se conseguían gracias a un motor eléctrico incorporado al propio cañón.
En servicio el K5 de 28 mm demostró ser un arma formidable, ampliamente usada en todos los trenes. En la Murralla Atlantica fue usado por la marina para la defensa costera, e incluso para cañonear Dover desde refugios especiales. Dos de ellos participaron en el sitio de Leningrado y otros tantos en la batalla de Stalingrado. Tambien se hicieron planes para llevar por lo menos uno a Tunez en 1943, pero finalmente los dos cañones que iban a viajar al norte de África, se quedaro en Italia, donde acabaría cosechando una gran fama.
Por lo general, allí donde estaba el ejercito alemán, había un Leopold cerca, y sus trenes especiales, con uno e incluso dos cañones enganchados recorrían toda la Europa ocupada.
Pero si por algo es famoso el Leopold fue por su gran papel en Italia. Cuando las tropas Aliadas del VI Ejercito desembarcaron en Anzio y Neptuno al sur de Roma en 1944, sus comandantes esperaron encontrar poca resistencia, ya que el grueso de las tropas alemanes se encontraban atrincheradas más al sur, sobre la llamanda Línea Gustav. Pero aunque la operación anfibia tuvo éxito, el general Jhon Lucas creyó conveniente asegurar las lineas de suministro y reforzarse con unidades acorazadas antes de internarse en los montes Albanos de camino a Roma, pese a que los reconocimientos aereos no encontraron oposición de importancia. Tan mala como una temeraria precipitación es una excesiva prudencia, y el general Lucas quizás pecó de esta última. Mientras esperaban el momento adecuado, el mariscal Kesserling tuvo tiempo de reorganizar a sus tropas y cuando los Aliados avanzaron, no solo se encontraron con grandes fuerzas alemanas, incluyendo unidades blindadas, sino con sus cañones de largo alcance.
Los dos cañones ( llamados Leopold y Robert ) que iban a viajar hasta África se habían quedado en Milán, puesto que la aventura african terminó antes de que pudieran ser embarcados. A finales de enero de 1944 fueron enviados a Anzio via Roma. Uno de los cañones fue situado sobre un ramal cercano a la via férrea de Roma a Nettuno, pero como el otro no podía ponerse en el mismo sitio, fue preciso trasladarlo más al norte. Ambos fueron escondidos en túneles.
Durante cuatro meses, se encargaron de amargar la existencia del enemigo machacando sin piedad hasta sus posciones má remotas con sus proyectiles de 280 mm. Su efecto psicológico era tremendo; como decía un soldado " era como si te tirasen un camión encima". Y lo pero de todo es que nunca lograban dar con el causante de tales destrozos. los aviones de reconocimiento sobrevolaban la zona y al no descubrir nada suponían que habria sido destruido.... hasta que al poco rato el cañón salía de nuevo de su escondite y lanzaba nuevas andanadas. El fuego de ambos cañones era tan regular que las tropas Aliadas bautizaron el invisible cañón ( desconocían que hubiera dos ) como Anzio Annie o Anzio Express.
Cuando las fuerzas polacas tomaron finalmente Monte Casino, abrieron la linea Gustav y los Aliados avanzarón rapidamente hacia el norte, cortando el ferrocarril y por tanto la única vía de escape de los cañones, que fueron finalmente capturados poco después; uno de ellos estaba muy dañado ya que su tripulación trató de destruirlo, pero el otro permanecía casi intacto siendo desmontado y enviado a Estado Unidos para su examen.
Hoy puede verse en el Aberdeen Provin Groun en Maryland. Otro Leopold está expuesto en el Museo de la Muralla Atlantica, en Calais
Datos tomados del libro: LA MUERTE VIAJA EN FERROCARRIL- la artilleria alemana de largo alcance.
Autor: Wurgen
MODELO A ESCALA HO RIVAROSSI - REF: HR6187
